Deportes Ovalle

Había abierto la cuenta para Ovalle David Henríquez a los 20 minutos en un disparo de media distancia en la que la cancha le jugó una mala pasada al arquero visitante, y en adelante se pensó que el compromiso transitaría por unas vías más favorables para los pupilos de Cristián Muñoz. Porque aunque no se llegaba con riesgo cierto al arco del conjunto visitante, se controlaba el partido en el mediocampo, y tampoco los rojos se aproximaban al arco bien defendido por el suplente Boris Isla. Sólo un ingreso solitario de Campos que remató al cuerpo del arquero, no hubo zozobras mayores.

Sin embargo en el segundo tiempo, muy temprano, cuando apenas se corrían 4 minutos de juego Sergio Romero igualó de manera sorpresiva para el visitante.

Y la igualdad pareció justificarse en los minutos siguientes cuando fue el conjunto de Juan Rodríguez el que pasó a imponer sus condiciones en el centro del campo, en tanto que Ovalle como argumentos ofensivos recurría más a la apuesta individual, que a la búsqueda colectiva para acercarse al arco de Manuel Caro.

Sólo de vez en cuando algún desborde de Felipe Rodríguez, creaba algún peligro para la ciudadela visitante, pero sin que en el centro hubiera alguien capaz de capitalizar aquello.

Y cuando ya el nerviosismo cundía en la cancha y en las tribunas, apareció una jugada patentada este año en el equipo local: un hermoso pase en profundidad (al parecer del debutante Urén), para el ingreso de Felipe Rodríguez desbordando por la derecha, centro atrás para la aparición solitaria de Walter Cadiz por el medio para fusilar al arquero visitante y dar un triunfo que tal vez fue excesivo premio, pero tremendamente importante para las pretensiones ovallinas de continuar avanzando.

Por otra parte un párrafo especial para el escenario provisorio que recibió a Ovalle para este compromiso : el complejo del Deportivo Profesores, ubicado entre la avenida Costanera y el río Limarí, un recinto que no obstante no ofrecer las mismas “comodidades” a protagonistas y espectadores que el estadio municipal, en cambio compensó largamente con su singular belleza.

Sin duda que fue un acierto el haberlo escogido para estos efectos, y de agradecer que sus propietarios lo hubieren facilitado, no obstante los riesgos que existían para su cuidado.